Este es el año para visitar Israel, la Tierra Santa. Tal vez es tu oportunidad de realizar este viaje tan anhelado y muchas veces postergado.
Llegó el momento de que el sueño se haga realidad.
Para muchos, conocer Jerusalén y Nazaret, caminar por Belén o ir al Mar Muerto, es parte de una asignatura pendiente, una asignatura familiar, de esos cuentos que escuchamos y los deseos de una abuela o una madre que siempre quisieron y tal vez no pudieron llegar a Israel. Y tú puedes hacerlo.
La Tierra Santa no es solo un relato bíblico, no son lugares y nombres que solo están en los
Evangelios o en la Biblia hebrea. Estas ciudades y sitios donde pasó y enseñó Jesús, estuvieron los Reyes y Profetas, son parte de un país rico y vital. Esto es Israel. Caminar por la antigua Jerusalén, sus callejuelas y la Vía Dolorosa, llegar al Santo Sepulcro, y conocer el Muro de los Lamentos, las Murallas y sus mercados. O tal vez la Iglesia de la Natividad en Belén, o donde el Ángel anunció a María que sería la madre del Señor, el Mesías y salvador.
Quién no soñó entrar en las aguas terapéuticas del Mar Muerto, o conocer la Cesarea del Rey Herodes, o la fabulosas ruinas de la fortaleza de Masada?
Quiero darte lo mejor, Israel no es un país, y Jerusalén no es una ciudad, son experiencias que al ser integradas en tu persona, amplía tus horizontes, satisface tu potencial humano, te hace más feliz. Por esto es fundamental que tengas alguien que puede ayudarte a vivenciar mejor y más intensamente este tiempo.
La industria del turismo no vende billetes de avión ni habitaciones de hotel. Vende experiencias, cuyo consumo amplía nuestros horizontes, satisface nuestro potencial humano y nos hace más felices.
Te invito a que conozcas donde la historia comenzó.
Comments